
Porque son los viernes cuando aparece, todos los viernes, más tarde o más temprano Silvia aparece y trae olor de viernes e ilusiones de viernes y atardeceres de viernes, propicios todos a la tertulia en sosiego, y es viernes, o nos damos cuenta de que es viernes cuando aparece Silvia. Creo que a nadie se le ha ocurrido llamarla “Viernes” porque eso ya está inventado, pero podría pasar. Es su día libre y nos lo dedica o se lo dedicamos o nos lo dedicamos. Es el caso, que Viernes-Silvia, infatigable conversadora, entrañable contadora de cosas, vidas, anécdotas, está a punto de terminar su marina.
En principio pretendíamos, como casi siempre, que una buena dibujante como es ella, soltara la mano a espatulazo limpio sobre una base de dibujo certeramente asentada. Síntesis y fogonazos de color y de luz. Todo se andará. Hoy, esta mañana, hemos hecho una paleta de color, verdes que parten de ocres, ocres y verdes que se “calientan” con un puntito de rojo de cadmio e intentamos tocar lo ya hecho sutilmente, como se acaricia, para ir dando por terminado el trabajo.
Aquí os dejamos a Silvia y a todos los matices que de su mano salieron. Viernes a viernes,
claro.